¿Conectar o desconectar?
¿Conectar o desconectar?

¿Conectar o desconectar?

En algunas ocasiones hemos comentado entre personas que hacemos el Camino que este constituye una experiencia de desconexión respecto a aspectos de nuestra vida cotidiana que vivimos con estrés o con dificultades de todo orden.

Y si bien en las primeras ocasiones que hice Camino esa era la sensación, a medida que he vuelto a él he empezado a percatarme que en realidad lo que representaba para mí era una experiencia de conexión.

Me explico. En primera instancia hacer Camino representa una serie de cambios que necesariamente te van alejando física y también mentalmente del día a día. Eso supone una evidente desconexión respecto a nuestra cotidianidad. Pero cuando vas “insistiendo” en el Camino vas percibiendo que ese aumento de la desconexión respecto a la cotidianidad, con todos esos aspectos de padecimiento que nos conlleva, es directamente proporcional al aumento de la conexión respecto a otros aspectos como nuestra serenidad, nuestra calma, nuestra escucha interna. Nos desconectamos de lo externo y nos vamos conectando con lo interno. Nos alejamos de lo superfluo, de lo elaborado y nos acercamos hacia lo esencial y simple.

Y entonces es cuando empezamos a descubrir cual es el trazado esencial del Camino. Un camino que tiene miles de rutas sobre el mapa, pero cuya ruta fundamental es la que nos lleva hacia nuestro interior.

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